domingo, 26 de febrero de 2012

Maldita irracionalidad

Siento una derrota, un fracaso. Siento que todo este tiempo se enturbió, con lo bonito que fue y podía haber sido. Pero nadie domina el subconsciente. De vez en cuando él se pone en contacto con nosotros y te regala una idea, buena o mala, pero no deja de ser una idea.

El amor, lo echo de menos y necesito alguna que otra endorfina. Porque son adictivas y cuando se van, te dejan el cuerpo destrozado. El dolor físicamente, se acerca bastante a la zona del corazón y eso me hace ver que el típico poema de pastel, no era tan pastel ¿Y ahora cómo canalizo esta sensación? Lo mismo tengo que llorar, pero he olvidado un poco cómo funcionaba eso. Así que si no lloro pues pensaré en mirar el escalón, uno a uno, sin mirar la escalera entera. Ahora tendré que recorrer este caminito a solas, y por ahora no preciso compañía. La verdad que me da pena no poder llorar, sé que me quedaría tan a gusto...

No sé porque a la gente le da pena cuando alguien llora. Fuera del contexto de porqué esté llorando. A mí me parece un lujo que alguien pueda llorar. Es más duro no hacerlo, eso seguro

viernes, 10 de febrero de 2012

AMOR y enfermedad es una redundancia

Tantos autores, músicos, poetas, sociólogos, psicólogos, científicos y una inmensidad de campos que van más allá de lo terrenal, buscan la explicación a esa tontería tan cojonuda provocada por una generación desmesurada de endorfinas, que te atrapan, te destrozan y te vuelven a conquistar. Tu parte racional se limita a dar vueltas en busca de una explicación a la que acogerse. Sufres cambios de humor dignos de consumidores de coca de a diario, hasta el punto en el que incluso tú, ser evolutivo según teorías darwinistas, te crees el centro del mundo. ¡Vamos! ¡La flosheta! Empiezas a decir frases que hasta el momento te resultaban tópicos y ahora "tienen un gran sentido..." Oh, Romeo! ¡Grandísimo False Friend! Ese amor idílico que sólo acogen los filmes hollywodenses, se centran únicamente en el intervalo de los 2 primeros años como mucho. Esa época en la que te dispones a ver una película con tu pareja y es raro que la termines de ver, aunque emitan Poco Yo y las drogas sintéticas, y te encante, no la terminarás de ver, ¿por qué?, porque eres un cerdo. El cine ha hecho mucho daño, el porno a pesar de estar censurado es lo más cercano a la realidad.

Todo y absolutamente todo, tiene sentido en esta vida gracias a su final. Al igual que la muerte es el sino de nuestra vida, el fin de una relación amorosa es "el matrimonio". Al principio todo funciona con Diesel y a medida que transcurren los años, te pasas a Gasolina Óptima del 98, y aún así, nevertheless. Hay gente que cuando llega a esa crisis extraña tienen la "Grandísima y brillante idea" de TENER UN CHAVAL o dejarlo. Es decir, si se me permite una comparación, y sí se me permite porque es mi blog, es igual que si vas al dentista y te dicen "O te pones aparato" o "te quito todos los dientes". Me quedo con Algasiv, que aunque sea postizo, me lo quito y me lo pongo cuando quiero, como el porno, y como dijo Pascual (mi padre) en una ocasión a una mujer, estando yo presente, "entre tú y mi mano, me quedo con mi mano"