domingo, 29 de septiembre de 2013

Nudo

Puede que sea yo una época frustrada en la que no me interesa nada interactuar con el entorno. Todo me parece de copia y pega, todo es predecible y empieza a aburrirme. Me defrauda la gente a la que consideraba más cercana. Hasta ahora tenía instalado el filtro de mierda, que depuraba todo tipo de actos poco constructivos y banales. Lo mecanicé casi conductualmente, no me costaba, pero era de esperar que un día el entorno me afectaría para mal. El entorno se zambulle en un oscuro devenir de niñerías que siempre han estado muy lejos de mi forma de ser, y ahora que soy más mayor, muchísimo más. Dos buenos amigos, dos personas de las que siempre he tenido intención de apoyar y disfrutar con ellos, son dos de las personas que más han pasado de mí. Tal vez tenga razón Seyen y la gente crea que yo no tengo bajones, tal vez piensan que no necesito ser escuchado, tal vez este texto se haya convertido de repente en el diario de una quinceañera de revista de Super Pop. Tal vez me cuesta revolver sentimientos. Tal vez sea yo y tal vez no. Ahora debería venir la conclusión... Seguir con mis sueños más que nunca, no perder el tiempo en gilipolleces y continuar creando, porque creando atraes a la gente que merece la pena. Desmontaré y desaprenderé esos sentimientos estáticos aferrados al pasado para amoldarme mejor a estos cambios. Lo acepto

Ahora

Me acuerdo mucho de ti y eso me pone feliz. Lo que tengo aquí guardado es lo más puro que soy capaz de sentir sin ir más allá de sólo saber que estás bien. Te adoro, así sin más, te quiero sin tener la necesidad de tenerte y cuando recabo en mis sentimientos reluces sin querer. Sólo espero que sigas siendo así porque me harás el favor de llevar un recuerdo precioso toda mi vida. Bonita!

martes, 5 de marzo de 2013

Amistad

Me he vuelto a sentir un niñato, un capuyo de libro, cómo he podido depositar mi confianza en alguien que se ha dedicado durante tanto tiempo a meterse en mi vida, opinar acerca de mi entorno y ensalzar todo tipo de mierdas acerca de amigos y familiares. Cómo he sido tan imbécil de aguantar malas palabras, cortes, mofas y cómo he sido tan sumamente gilipollas de perdonarlas casi al instante. Es cierto, mi carácter no es reencoroso, pero ésto no lo olvido. Por mi propio bien no debo olvidarlo, porque acabo por perjudicarme a mí mismo. Es cierto que en ocasiones tiene buenas intenciones, pero de últimas la balanza se ha desgajado, se ha reventado y ya no hay peso que supla la parte más jodida. Aprecio a ese pavo, es más, ahora mismo le tengo un jodido odio que no puedo ni verle en pintura, y sé por qué, y es porque le quiero más de lo que él mismo creería. Pero formará parte de mi historia, no de mi futuro, por mí, por mi bien. Su desfachatez ha sido una liberación por contrapartida. Ha sido el bofetón que necesitaba para saber que no es lo que yo esperaba como persona. Que para él yo siempre seré el bienqueda y buenrrollista, pero es lo que soy, no necesito a alguien que me lo esté intentando reprimir constantemente como si fuera un defecto. Soy así y menos mal que soy así, porque sino no hubiéramos compartido ni dos minutos de amistad. Y aún así, soy tonto y siento decirle adiós... 

domingo, 3 de febrero de 2013

Causas sin culpas

Para empezar por algún sitio, tengo 26 años ya y me gustan los lacasitos. Y en cuanto a mi madre, persona a la que quiero y adoro, tengo ciertas reticencias que nunca llegaré a comprender y no será por mi falta de empatía. La verdad que sé que está ahí para lo que sea, lo sé, pero he de decir que casi nunca me ha mostrado su apoyo en los momentos malos, se limita a rebatirme que he vivido muy bien, de qué te quejas. Bien, esto una vez escuchado está bien pero 200 veces y siempre por sistema, empieza a joderme. Sí, he tenido facilidades, tengo un hogar y un plato fijo. Pero no soy persona de vivir a plato puesto no. Desde bien jovencito, he estado trabajando en lo que fuera, ya sea ayudando a mi padre, hostelería, vendimias, técnico de televisión, administrativo y un largo etcétera de trabajos no remunerados pero que han sido los que han conseguido mi auténtica autorrealización, de las que hoy día, y gracias a seguir mi instinto, puede que viva de ellas, a corto plazo o a largo. El caso es que sí noto su apoyo, pero una vez que he conseguido lo que buscaba, una vez que he superado todos los obstáculos, lo que no se da cuenta, es que uno de esos obstáculos siempre ha sido su forma de actuar. A veces necesitamos un pequeño empujón, una palmadita en la espalda un puto y simple desahogo, pero no, encuentro siempre contestaciones del tipo, No te puedes quejar. Estoy hasta la poya de tener que actuar, me podrían dar el Óscar y llegó un momento en el que me dio hasta miedo desahogarme, por el hecho de que lo veía como una debilidad. Lo que me he dado cuenta, es que un desahogo viene junto con una reflexión y ello conlleva ese cambio de actitud para seguir adelante. A día de hoy, con quien puedo hacer esto es con mi grupo de amigos y con mi padre. Me da pena, porque me encantaría que la relación con mi madre fuera más liviana, más llana; y que cada vez que le comente algo, que no tenga esa sensación de reprimir lo que pienso, porque una vez lo diga, me hunde más. Algún día, espero se dé cuenta. Algún día, yo mismo me daré cuenta de otras tantas cosas, quién sabe?

jueves, 24 de enero de 2013

MAMÁ FUMÓ DURANTE EL PARTO (Ida de olla en momento crudo)



Buenos días mamá. Y recién salido del útero le dije por segunda vez… Mama, Bon día. Hostias tu hijo ya habla, tu hijo ya conoce las buenas formas, un gentleman muy arrugado, que también parla algo de catalá. Con una dicción increíble, una fonética exquisita. Recalcando la “X” de exquisita, como algo prohibido de lo bien dicho que estaba. Mi progenitora pensaba, ¿De dónde coño ha sacado ese puto buen hacer? ¿Qué mundo raro hay dentro de mí? Mientras, yo la miraba y ya hacía gestos de taparme la boca para bostezar, muy de adulto. Un gesto a lo Jordi Puyol.

Así empezó todo. Aprendí a hablar en el útero materno. Y no lo voy a dejar sin explicar. De alguna manera, unas putas ondas me llegaban muy legibles. Entre tanto ruido ambiental de fluidos y movidas raras que no podía ver, yo decodificaba las conversaciones de una telenovela que emitían en la 2 llamada “Cristal”. Os preguntaréis ¿Todo esto será verdad? Pues puede que no, porque mi madre niega haber visto ese bodrio audiovisual. Realmente esto no lo recuerdo, no recuerdo nada de ese día, todo lo que recuerdo me lo han contado, y mi mente ha creado imágenes muy nítidas, en formato AVI sin comprimir, en 1080p. Incluso, puede que fuera el parto de otro, pero mi madre siempre me lo ha descrito tan bien, con tan buenos datos, en TIMES NEW ROMAN 12, que lo defiendo a ultranza. Luego mi mente creó  algún aporte propio. Un aporte que me hubiera gustado que ocurriera y que hoy, ya es demasiado real. Que la matrona incomprendida, que estudió bellas artes, tuviera un puto halo de inspiración y venganza a la vez, y con mi cordón umbilical creara la palabra suéter. Que se lo currara incluso para colocarle la tilde en la “e”. Pfff, Madre mía! La gente dice que los partos son algo precioso, pero por algo la cabeza crea un Firewall de Windows para no recordar una mierda.


Vale, lo que sí recuerdo es que fui el último en aprender la tabla de multiplicar. La escribieron en el encerado, con tizas de colores. Desde la tabla del “1” a la del “9”. Me estanqué en la del 2 y pensaron en la posibilidad de un retraso fuerte. La psicóloga le preguntó a mi padre si había notado algo extraño en mí. Él le respondió que no, que siempre me había conocido así de tonto. Lo extraño sería lo contrario. Lo que ellos no sabían es que el problema no era ese. El problema era que me faltaban codecs. ¿Cómo iba a saber yo que tenía 5 diotrías en cada ojo y otras 5 en cada párpado?, ¿con quién contrastaba mi propia visión? En serio, era imposible, es muy jodido descubrirlo, necesitas la ayuda o zancadilla de alguien o un buen balonazo en la cara. Es como al que le huele el aliento y no lo sabe. Para esto, hay una ecuación muy loca, una regla de tres que afirma que “El olor de boca del emisor, es proporcional a su cercanía con el  receptor”, sólo para joder inconscientemente al oyente. Un olor que incluso es visual, se ha materializado en palabras aleatorias, en nombres de juegos de mesa, en el que el peor olor, el del monstruo final, dibuja la palabra “Scatergories” en el aire. Y nadie tiene los suficientes bemoles de decírselo a la cara, así que prefieres mandarle un mensaje desde una cabina. Le acabas de hundir, esa persona ha hecho un flashback y ha entendido infinidad de momentos turbios de su vida a los que no le daba explicación, incluso se ha emparanoyado y se culpa de situaciones en las que no ocurrió nada extraño. Le vienen voces de culpa, voces de una niña que dice… Papá se fue por tu culpa… Joder, comparado con eso yo tenía suerte. Yo sólo no veía las tablas de multiplicar a partir del 3. Pero todo se arregló con un buen kit de puteo, que consistía en  LENTES + CORDEL FLUORESCENTE; un color a escoger entre VERDE, AMARILLO o NARANJA. Entré en la óptica como si fuera un prostíbulo, pedí discreción y salí con un cordel Naranja muy jodido, que quemaba retinas, provocaba dolores de cabeza, y algún cuadro de epilepsia también. Mi madre había creado un pringao de aúpa, mi madre me ha provocado escribir esta mierda.  Lo que aún no sé, es por qué a veces parlo catalá.